lunes, 14 de mayo de 2012



EL DIÁLOGO

Hace unos días, con ocasión de recibir el Premio Paquiro, José Tomás reprodujo parte del diálogo mantenido con un toro. La original confesión, sin embargo, no fue completa. A través de un monosabio de fino oído, mi garganta profunda, he podido conocer el diálogo completo. Es el que sigue:

TORO: ¿De qué caverna me sacan con estrépito? ¿Qué luz es esta que me hiere? ¿Qué me aguarda, qué falsa libertad es esta?

TORERO: Golpe en la sangre y también golpe de la forma. Bulto. Negrura. Faena presentida, imaginada. Ahora pensamiento toma cuerpo en ti, media luna, cuerno incesante.

TORO: Una humanidad sea esto. Círculo perfecto, rumor. ¿Pero y la dehesa, y la vega? ¿Por qué este cielo prisionero?

TORERO: Me ciño, te espero y estoy ciñendo también un pensamiento.  

TORO: Verdugo brillante que me esperas. Yo seré bulto –vida- o negra muerte. Vas a matarme.

TORERO: No, te voy a trascender.

TORO: Yo no soy forma, ni objeto y nada represento. La humana carga de la cultura sea más triste que morir aquí. Qué seca intransigencia el hombre.

TORERO: En esta muleta, que es beso, te sintetizo. Tú, instinto, mar, volumen; yo, aire, flecha, idea.

TORO: Tu quietud me asusta. En tu quietud veo la tristeza muda del árbol, lo fulminante del rayo.

TORERO: Calla, bestia. ¿No oyes ya la música? Ya estás siendo espíritu…

TORO: Mi música es mi sangre y mi respiración. Tú eres seriedad y estoque, virtud y concepto.

TORERO: Mi primer descuartizamiento tuyo, toro, va siendo conceptual. Te voy a poner banderillas filósofas. Sentencias como dardos. Tú ya me perteneces.

TORO: Siento yo que mi primera naturaleza me la roban, que me quieren hurtar mi ser animal dándome raras significancias, también mi soledad en la muerte, mi soledad de morir y sentirme muriendo. Tus formas pretenciosas, tu conceptuosidad me hieren.

TORERO: Has nacido complementario, te faltaba yo.

TORO: Lejos está el mediodía, con su sentencia justa, y aún no me llega la atenuación morada de la tarde. Fanatismo a las cinco, humanas formas que no son mías, concepto al que me atan.

TORERO: En ti presiento también mi muerte y el tiempo y todos los absolutos. Eres un estremecimiento.

TORO: Nada de eso me importa. Yo soy mi impulso, y el amor quizás con que te busco.

TORERO: Eres amor también cuando te besa mi muleta. La muleta es beso y el pase o verónica es tramo hegeliano. Tú y yo juntos. Amor conseguido. La ligadura de todo en tiempo absoluto y detención divina de las cosas.

TORO: Tu tiempo es tuyo, mi tiempo es la tranquila tarde y la altura y no tengo recuerdos, ni aspiro a nada más que al ímpetu que me vas robando. Con todos tus conceptos, nunca has podido nada contra el vacío inexplicable de mis ojos.

TORERO: Esa nada de tus ojos es lo que yo toreo.

TORO: Eso soy yo.

TORERO: ¡Nada!

TORO: ¡Totalidad que no comprendes, faquirizado verdugo!

TORERO: ¡Nada y a un tiempo Todo!

TORO: Mú.

TORERO: Húndase el estoque y sea flecha de amor que a dos nos duela. ¡Seamos uno en este hierro frío!

TORO: Mú. Múuuu.

TORERO: Gloria. Tiempo. Muerte. Espanto.


 

                                                                       (Publicado en LAGACETA el 15-V-12)

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