sábado, 17 de noviembre de 2012









CORTADILLOS


Este dulce es mi favorito del momento. Lo compro en el Mercadona en... ¿paquetes de ocho? No caigo ahora en el número exacto ya me duran muy poco. Sucumbo con ellos a una ansiedad golosa que engaño con ensueños, porque tienen un algo conventual, de dulce de Clarisa, de monjita sevillana dale que dale. El cortadillo deja también un regusto árabe, un saborcillo que llega como se nos amorisca a veces un sonido. Aunque yo me monto mi película de repostería de celda y califato, digo yo que esto será bollería industrial como comerse un fosquito porque en el envoltorio, rompiendo su encanto, se nos avisa salutíferamente de que no contiene grasa animal. Aunque manteca, sí, manteca de calabaza hecha hilillo es su cabello de ángel e impalpable azúcar glasé lo espolvorea. Lo traslúcido, lo que no se deja coger. Estos dulcecillos me preparan el gusto para la gloria chusmona de la Navidad.

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